César Marzo 30 años al frente de la Vera Cruz de Tudelilla
No la pierde de vista, y se emociona cada vez que recuerda el momento de la imposición. César Marzo ha entregado una gran parte de su vida a la Cofradía de la Vera Cruz de Tudelilla. Sus méritos le fueron reconocidos el pasado fin de semana por el Ayuntamiento de la localidad, que le otorgó la primera medalla ‘Villa de Tudelilla’.
-Encantado de la vida, ¿no?
-Pues no te lo puedes ni imaginar. Todo el pueblo ahí, en el Ayuntamiento, y el Del Río y el Ceniceros, que esos no van a cualquier sitio.
-Hombre, usted se lo ha ganado después de llevar 30 años en la Vera Cruz. ¿Cómo era entonces la Semana Santa?
-Pues un desastre, para qué vamos a engañarnos. Cuando la cogimos nosotros los trajes los tuvimos que teñir porque no se sabía ni de qué color eran. Además con los años compramos hasta un paso de la borriquilla. Tuve que adelantar yo el dinero para no subir la cuota de los cofrades. Al año siguiente la subí y cobré la deuda.
-Las cuentas, claras.
-Mejor nos iría a todos si en el país llevasen las cuentan tan claras como yo en la Cofradía.
-Es que esto de la crisis…
-¿Crisis? Para crisis las de antes. Cuando me casé tuve que comprarme una cama de segunda mano, a ver quién hace ahora eso. Y trabajar muchas horas en el campo para tener lo que tengo. La primera cepa injertada de Rumasa la puso César Marzo.
-Pero, claro, en Tudelilla no hay desahucios ni manifestaciones ni nada de eso.
-Aquí lo que hay es trabajo, que en el campo siempre falta gente, pero claro el trabajo del campo es duro. Es verdad que aquí se vive mejor que en la ciudad, pero algo tendrá cuando todos los jóvenes se van a Logroño, Calahorra o Arnedo.
-Sí, pero vuelven durante el fin de semana.
-Eso, sí. Los fines de semana esto está de bote en bote.
-Creo que la Presidencia de la Vera Cruz no ha sido su único cargo aquí en Tudelilla.
-Mira maja, he sido presidente del jubilado, teniente alcalde, he estado en el trujal y muchas horas en el campo. Eso sí, yo de cafés, ni uno ni medio.
-Alguna afición tendrá.
-Antaño me gustaba salir con la mujer al baile cuando eran fiestas. El del micrófono decía: ‘Mira cómo baila el teniente alcalde’.
-¿Nos queda mucho como presidente?
– Yo no dejo el cargo hasta que me muera.
Fuente: Diario La Rioja